sábado, 27 de marzo de 2010

3.3. ROMANCERO GITANO de LORCA

Autor. Obra. Fecha.
La lectura que he realizado de primera mitad del siglo XX ha sido el Romancero gitano de Lorca, que fue publicado en 1928.

Contexto histórico
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) España permaneció neutral, pero tras la contienda la crisis se acentuó. A ello se añadió el desastre de Annual en la guerra con Marruecos. En 1923 Primo de Rivera estableció una dictadura militar que fue aceptada por el propio rey Alfonso XIII. Sin embargo, la crisis financiera precipitó la caída de Primo de Rivera y la llegada de la Segunda República (1931-1936), que finaliza con el levantamiento militar que dio origen a la Guerra Civil española (1936-1939).

Contexto literario
Los poetas Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Alberti, Lorca, Dámaso Alonso, Cernuda, Aleixandre, Altolaguirre y Prados constituyen la “generación del 27”. Su estética se define por el equilibrio entre el vanguardismo y la tradición.
Hasta 1927 experimentan el influjo de las vanguardias. De 1927 a la Guerra Civil reciben el influjo surrealista. En esta etapa destacan obras como Sobre los ángeles de Alberti o Poeta en Nueva York de Lorca. Tras la Guerra Civil. García Lorca ha muerto, otros poetas se han exiliado (como Alberti) y los que se han quedado en España cultivan una poesía existencial de tono angustiado como Dámaso Alonso con Hijos de la ira.

Aspectos que me han llamado la atención
• Me ha sorprendido en el “Romance sonámbulo” la oposición de la vida andante y peligrosa expresada a través de los símbolos “caballo, montura y cuchillo”, a la vida sedentaria expresada a través de los símbolos hogareños “casa, espejo y manta.”
• Me ha parecido relevante la agresividad y violencia de la benemérita en el “Romance de la Guardia Civil española”. Esto se aprecia en adjetivos como “capas siniestras”; en personificaciones como “Pero la Guardia Civil/ avanza sembrando hogueras,/ donde joven y desnuda/ la imaginación se quema”; en la metáfora “dejando atrás fugaces / remolinos de tijeras” o en la imagen de Rosa de los Camborios con dos pechos cortados.
• Me parece destacable la participación del narrador en el romance de la “Muerte de Antoñito el Camborio” en el que el protagonista interpela al propio Lorca para que llame a la Guardia Civil.
• Me ha llamado la atención en el “Martirio de Santa Olalla” el contraste cromático del negro (que parece simbolizar el luto y la pena por la muerte de la santa) y el blanco (que parece evocar la pureza de su alma). Así se oponen “nieve ondulada reposa” y “Olalla blanca en lo blanco” a “su desnudo de carbón”, “noche” y “negros maniquís”.
• Me gustaría resaltar el comienzo del poema “La casada infiel” con la conjunción “y”, que parece indicar que el poema no empieza ahí, sino que es un fragmento de otro anterior. Este comienzo abrupto, “in medias res”, es propio del romancero tradicional. A este rasgo tradicional se oponen comparaciones más vanguardistas como “sus muslos se me escapaban/ como peces sorprendidos” o la antítesis “la mitad llenos de lumbre/ la mitad llenos de frío”.

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